Las posibilidades de creación y comparación de los archivos existentes siempre exigen o encaminan una lectura de lo ya hecho y no de lo que se hará. Por ejemplo , al ver una obra siempre lo que decimos habla más de nosotros y las comparaciones con otras , que lo que la obra en sus términos formales y narrativos plantea, existe el “backcground” cultural del constante flujo marcado en esta época por la posibilidad de información y los medios tecnológicos en que nos llega. Por ello pienso en algo a reflexionar en esta época de las “revisiones” y las prácticas artísticas proyectadas siempre al pasado por los lectores (instituciones, grupos de curadores, productores del mercado y de producción especializada etc.).
Con ello no refiero una censura que permita hacer el gran filtro de distinciones y marque el camino del “nuevo arte” sino mas bien, hablo de obras y prácticas artísticas que complejicen narrativas con un amplio marco de conocimiento, la inclusión de conocimientos de ciencias exactas y ciencias humanas aplicadas en los razonamientos y estructuración de las obras a producirse.
Esta idea se ha ido trabajando en las últimas décadas, pero es necesario darnos cuenta de la importancia de dicha vinculación entre diferentes campos de conocimiento. De esta forma, pienso que el arte en vez de que pueda ser un espectáculo servil a la “LaChapelle” será un menú de cuestionamientos desdobladles que las instituciones y sectores de poder querrán censurar, pero los “Cantos cívicos” del arte estarán ahí y tendrán resonancia en la época del archivo y el flujo de información.
Gabriel Ávalos Sánchez
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